Establecer palabras para la música puede ser un proceso complicado, hasta que te das cuenta de que el elemento común subyacente entre los dos es el ritmo. Al dividir las palabras elegidas en componentes rítmicos, se hace más fácil convertir esas palabras en una idea musical.
El ritmo en la música se refiere a la forma en que se organizan los ritmos, las tensiones que nos dan acentos fuertes y débiles. El ritmo es lo que marca la diferencia entre una marcha y un vals, entre una polca y una balada. Y así como una pieza musical tiene acentos fuertes y débiles, también lo tiene una frase u oración.
Comience con las palabras mismas
Para poner palabras a la música, comience dividiendo las palabras en sus sílabas constituyentes. Cualquier frase u oración que encuentre tendrá su propio medidor, como el pentámetro yámbico tan frecuente en Shakespeare. Pero incluso el verso en blanco y la prosa funcionarán, porque las palabras en sí contienen todo lo que necesita, ya sea que hayan sido escritas o no para ese propósito.
El verdadero secreto detrás de poner palabras a la música es descubrir dónde se encuentran los acentos fuertes y débiles dentro de las palabras. Por ejemplo, eche un vistazo a este extracto:
- Los ojos de mi amante no se parecen en nada al sol
Si lo dividimos en sílabas, obtenemos lo siguiente:
- Los ojos de mi amante no son como el sol
Llevando el proceso un paso más allá, la siguiente tarea es resaltar los acentos fuertes y débiles como se muestra a continuación. Los acentos fuertes se representan en negrita:
- Los ojos de mi amante no son como el sol
Este ejemplo utiliza una línea del Sonnet 130 de Shakespeare, escrita en pentámetro yámbico donde los acentos fuertes y débiles son regulares. Para demostrar que esto no siempre es necesario, aquí hay un extracto tomado de una página aleatoria del diccionario, es decir, parte de una definición:
- Un objeto doblado para que pueda atrapar o sostener algo
Esto es parte de la definición de la palabra "gancho". Veamos cómo se ve cuando se divide en sílabas solamente:
- Un objeto doblado para que pueda atrapar o sostener algo
Y ahora, identifiquemos los acentos más fuertes:
- Un objeto doblado para que pueda atrapar o sostener algo
Puede ver de inmediato cómo se diferencia del ejemplo de Shakespeare. Los acentos ya no son regulares; pero lejos de ser algo malo, esta variedad podría ser el impulso que te ayuda a producir una nueva melodía genial
Convierte los acentos en un ritmo
Cualesquiera que sean las palabras que use, el proceso es el mismo. Una vez que haya identificado los acentos fuertes y débiles, el siguiente paso es convertir las sílabas de las palabras en un ritmo adecuado.
Si tomamos el ejemplo del Sonnet 130 de Shakespeare, el ritmo podría verse así:
Este podría ser el ritmo más fácil de construir de los dos, ya que sigue un patrón regular de acentos fuertes y débiles. El segundo ejemplo es mucho menos regular y puede abordarse de diferentes maneras. Aquí hay un ejemplo de cómo se podría hacer:
Tunesmith: Inside the Art of SongwritingDesglosa el proceso creativo de principio a fin, desde hacer frente al bloqueo del escritor, hasta la construcción de canciones, acordes e incluso autopromoción.
Compra ahoraConvierte ritmos en una melodía
La etapa final del proceso consiste en convertir tu ritmo en una melodía. Al igual que con las palabras que elija, esta será una decisión personal. La mejor manera de hacerlo es experimentar y probar muchas opciones diferentes. Recuerde que no hay una solución correcta o incorrecta: cuando encuentre algo que funcione, algo que le parezca correcto, siga trabajando en ello hasta que sea lo mejor posible.
Aquí hay algunos consejos rápidos sobre cómo hacer que una melodía funcione rápidamente:
- Basarlo en un patrón de escala, que podría ser una escala de tono mayor, menor, pentatónica, blues o completa, subiendo o bajando
- Intente saltar: ignore la idea de escala e intente lo contrario, moviéndose de una nota a otra con muchos espacios, i, e, no sin problemas como en una escala
- Combina 1 y 2, usando pasajes de escala y saltos juntos
- Repita ciertas notas: cada sílaba no necesita una nota diferente. Intente usar la repetición para ver si eso produce un resultado memorable.
Agregue los toques finales
Cuando obtienes algo con lo que estás contento, ¿por qué no ir un paso más allá? Intenta armonizar tu melodía en el piano o el teclado. Esto puede ayudarte a mantenerte enfocado y asegurarte de que tu melodía no empiece a vagar por todos lados.
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